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¿Qué debo hacer si mi hij@ tiene apnea del sueño?

El síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHOS) es una entidad clínica que afecta al 2-3 % de la población infantil, con repercusión importante a distintos niveles. A continuación, te explicamos en qué consiste y dónde acudir.

Definición.

El síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño consiste en una alteración de la respiración durante el sueño caracterizada por una obstrucción parcial prolongada o completa intermitente de la vía respiratoria superior, que altera la ventilación normal y los patrones normales de sueño.

Se encuadra dentro de los trastornos respiratorios del sueño, junto con la roncopatía simple y alguna otra entidad menos frecuente, de los que hay que distinguirlo mediante una exhaustiva historia clínica y pruebas complementarias que se detallan más abajo.

Causas.

El SAHOS infantil difiere en algunos aspectos de la presentación en adultos, por ejemplo, en lo referente al agente causal.

En niños mayores de 2 años la principal causa es la hipertrofia adenoamigdalar. Existen otras causas menos frecuentes como la obesidad, que puede ser agente causal independientemente de la edad, anomalías craneofaciales o enfermedades neuromusculares. Además, pueden existir factores agravantes, tales como diferentes tipos de rinitis, susceptibles también de tratamiento.

Clínica.

El principal motivo de consulta por parte de los padres o cuidadores es el ronquido, definido como ruido respiratorio intenso más de 3 veces/semana y que suele acompañarse de otros síntomas nocturnos y diurnos.

Entre los nocturnos encontramos aumento del esfuerzo respiratorio, apneas o pausas respiratorias, sueño intranquilo, posturas anormales, enuresis, terrores nocturnos o sudoración.

Y entre los síntomas diurnos se encuentran sequedad bucal secundaria a respiración oral de suplencia en aquellos casos que asocian mala ventilación nasal, hiperactividad  (a diferencia del adulto ) o somnolencia diurna en niños mayores o adolescentes.

Todos estos síntomas, algunos de ellos aparentemente inocuos, son el reflejo de un cuadro con repercusión relevante en muchos aspectos del niño en desarrollo.

Es bien conocida la importancia de un sueño adecuado tanto cuantitativa como cualitativamente para el crecimiento de los niños. En aquellos niños que presentan SAHOs se ha observado una alteración de los factores que interviene en el normal crecimiento liberados durante el sueño, con el consiguiente retraso en el desarrollo pondoestatural. A nivel neurocognitivo pueden existir problemas de aprendizaje, disminución del rendimiento escolar, déficit de atención o memoria, hiperactividad, irritabilidad y alteraciones del ánimo por la hipoxemia durante las pausas de apnea. También se ha detectado un estado de hipercoagulabilidad, alteraciones en el sistema nervioso, con un aumento de la actividad simpática, repercusión a nivel metabólico y alteraciones cardiovasculares, tales como aumento de la frecuencia cardíaca y un aumento del riesgo cardiovascular si confluyen determinados agentes ambientales y genéticos en pacientes con SAHOS grave.

Diagnóstico.

La sospecha de SAHOS infantil debe ser evaluada por un otorrinolaringólog@, que planteará un tratamiento u otro en función de la entidad clínica de que se trate.

Sólo un subgrupo de niños roncadores presenta SAHOS y será en esta población donde se hará un seguimiento más estrecho, aunque sin restar importancia a la roncopatía simple, ya que a nivel fisiológico no parece resultar tan inocua como se pensaba.

Para llegar al diagnóstico su otorrinolaringólog@ realizará una historia clínica con una exhaustiva anamnesis, indagando sobre los síntomas diurnos y nocturnos, duración, intensidad y frecuencia, y posteriormente llevará a cabo una exploración física, con el objetivo de encontrar las posibles causas del SAHOS y factores agravantes anteriormente descritos.

Los pasos que seguirá en la exploración son:

  • Observación de la posición de la mandíbula y aspecto craneofacial.
  • Rinoscopia anterior: visualización del interior de las fosas nasales desde fuera ayudado por un rinoscopio y luz, que le permitirá ver signos de rinitis y otras alteraciones endonasales.
  • Orofaringoscopia: visualización de la cavidad oral y la garganta también desde fuera, ayudado por luz y depresor lingual. Esto le permite ver tamaño y posición amigdalar y otras posibles alteraciones, menos frecuentes en SAHOs infantil.
  • Si es posible se realizará una nasofibroscopia, que consiste en introducir una cámara fina a través de uno o ambos orificios nasales. Sirve para valorar la parte posterior de las fosas y la rinofaringe o cavum, donde se alberga el tejido adenoideo, cuya hipertrofia o aumento de tamaño suele ser causa principal del SAHOS en la infancia junto con la hipertrofia o aumento de tamaño amigdalar. Si no es posible esta prueba por falta de colaboración (cosa habitual en niños), su otorrinolaringólog@ puede solicitar una radiografía para valoración de las adenoides.

En la mayoría de los casos, con todo lo anterior ya se llega a un diagnóstico claro y no es necesario realizar más pruebas. En algunos casos dudosos se puede plantear solicitar una poligrafía al servicio de neumología.  Esta prueba se realiza al niño dormido en su domicilio ( polisomnografía si se realiza en ámbito hospitalario). Ésto valora y contabiliza el número e intensidad de las pausas de apnea, calificándose la apnea del sueño en base a su resultado en leve, moderada o grave.

Tratamiento.

Llegados a este punto su otorrinolaringólog@, planteará tratamiento, que irá encaminado a eliminar los agentes causantes.

En casos leves, de reciente aparición o en niños muy pequeños, una opción es la observación, corrigiendo aquellos factores agravantes, si es que los hubiera. Medidas higiénico dietéticas individualizadas en cada caso: higiene de sueño, tratamiento médico de la congestión nasal con corticoides tópicos nasales  +/- antihistamínicos en casos de alergia…  A veces los casos más leves o de roncopatía simple se pueden resolver con el crecimiento del niñ@.

En casos graves o en aquellos que no mejoran con medidas conservadoras, se planteará tratamiento quirúrgico si el problema es un aumento del tamaño de vegetaciones adenoideas y/o de amígdalas: adenoidectomía ( si presenta hipertrofia adenoidea), amigdalectomía (si presenta hipertrofia amigdalar ) o ambos procedimientos en mismo acto quirúrgico: adenoamigdalectomía.

La adenoidectomía se realiza mediante un legrado accediendo desde la faringe. Aunque existen otras metodologías, estas están menos extendidas en la población infantil.

Existen diferentes procedimientos para realizar la amigdalectomía o extirpación completa amigdalar. Además, se puede plantear la reducción del tamaño sin necesidad de extirparlas en casos seleccionados. Ésto reduce en gran medida el dolor postoperatorio y la probabilidad de sangrado. Y una tercera opción es la extirpación parcial o amigdalotomía.

Para aquellos pocos casos en que el SAHOS no sea secundario a hipertrofia adenoamigdalar ( enfermedades neumusculares, anomalías craneofaciales…) o que siéndolo esté contraindicada la cirugía, se puede plantear como segunda línea de tratamiento la CPAP, que consiste en aplicar una presión positiva sobre la vía aérea mediante un dispositivo facial, técnica mucho más extendida en el SAHOS del adulto.

 

De todo ello su otorrinolaringólog@ le podrá asesorar ampliamente y decidir juntos cual es la mejor opción en cada caso.

 

Si quiere más información…

Mi hijo ronca. ¿Es grave doctor? Familia y Salud

Mi hijo ronca ¿es normal? Blog divulgativo «Lucía, mi pediatra»

Estudio del sueño (polisomnografía) KidsHealth.org

 

Autor

María del Carmen Trujillo